domingo, 22 de noviembre de 2015

Solicitaciones Mecánicas

En esta breve pero intensa entrada vamos a ver las solicitaciones que les presentamos las estructuras así como algunos ejemplos que nos vamos a encontrar en nuestros vehículos.

Las estructuras constructivas están sometidas a una interacción de fuerzas que resulta en esfuerzos diversos sobre ellas mismas que, en función de el punto de aplicación, su dirección y su sentido, deriban en tensiones sobre el material sometiendolo a tracción, compresión, flexión, cortadura y/o torsión. Del estudio del comportamiento y resistencia del material y de las fuerzas que actúan sobre él se obtiene el diseño estructural y la elección de formas y materiales de los componentes.


El esfuerzo de tracción es el más sencillo de comprender al que están sometidas las estructuras y consiste en un esfuerzo que se aplica sobre el material mediante dos fuerzas de igual dirección pero sentido opuesto aplicadas sobre la misma recta definida por su dirección. Las fuerzas tiran del material alejando sus fibras, esto se traduce en un estiramiento longitudinal del material que, al mantener su volumen, sufre una estricción transversal mientras el material se mantenga dentro de sus propiedades elásticas y plásticas, cuando éstas han sido superadas el material falla produciendose una rotura con forma dentada en el centro de dicha estricción. Aunque lo habitual es el estudio del acero por su buen comportamiento ante estos esfuerzos, el mejor ejemplo de comportamiento elástico es el de una goma o muelle, que recuperan su forma al dejar de ejercer fuerza sobre ellos, y de comportamiento plástico la plastilina, que se deforma sin romper pero no recupera su forma. Esta solicitación se puede apreciar en los trapecios cuando la suspensión se mueve e intenta hacerlos ceder manteniendo la rueda en su sitio.


El esfuerzo de compresión es el caso opuesto al de tracción. Aquí las fuerzas siguen compartiendo dirección y eje de aplicación y tienen sentido opuesto; sin embargo, en esta ocasión las fuerzas tratan de acercar las fibras del material produciendo un acortamiento longitudinal y un ensanchamiento transversal. Cuando el material no resiste más el esfuerzo sufre unas grietas longitudinales que acaban por romper el material, por lo general, oblícuamente como vemos en el hormigón, el material más característico con propiedades de resistencia a la compresión. El ejemplo más representativo y con mayor esfuerzo que apreciamos en los vehículos es la compresión sufrida por la biela en el ciclo de compresión, pero sobretodo en el ciclo de explosión-expansión.



El esfuerzo de flexión es el clásico representado por una viga biapoyada con una fuerza actuando entre los dos apoyos lo que comprime las fibras más cercanas al punto de aplicación y tracciona las fibras más alejadas. La fuerza aplicada puede encontrarse en cualquier punto de entre los apoyos o incluso estar repartida sobre una superficie dejando de actuar de forma puntual. Un ejemplo de esta carga repartida lo encontramos en los vehículos que disponen de cuna bajo el motor que tiende a flexionar al recibir el peso. Cuando el material no soporta la carga rompe con un corte relativamente recto y diagonal.



El esfuerzo de cortadura o cizalla se presenta cuando sobre el material actúan dos puerzas con la misma dirección y sentido opuesto como en el caso de la compresión, pero con puntos de aplicación en ejes desplazados. De este modo unas fibras del material tienden a moverse en un sentido mientras las contiguas intentan ir en el contrario provocando desgarros en el material así como pequeños dobleces. Un buen ejemplo de este fenómeno lo encontramos en la interacción de la biela con el cigüeñal de modo que la viela establece dos planos de corte entre sus extremos de los semicojinetes y los asientos del cigüeñal.




El esfuerzo de torsión se representa mediante una par de fuerzas de giro que actúan sobre un elemento que tiende a mantener su posición o, al menos, a no rotar al compás de dicho par. Las fuerzas se disponen distanciadas del eje de giro del objeto y actúan en sentidos opuestos resultando un movimiento circular que somete las fibras a una tensión tangencial que las desplaza descentrándolas. Así, cuando el material rompe, lo hace siguiendo la línea de una fibra por lo que la grieta se curva entorno al eje de giro. Un claro ejemplo de un material sometido a torsión en el vehículo es el eje de transmisión que, aunque no suele romperse por la elasticidad y plasticidad del acero, sí puede retorcerse considerablemente.





En conclusión podemos apreciar lo fantástico de la ingeniería de los materiales, que nos permiten usar siempre acero pero que con pequeñas variaciones en su composición o estructura atómica rinda mejor para unas solicitaciones u otras, y la necesidad de los laboratorios de ensayos para evaluar sus propiedades ya que los vamos a exigir un rendimiento específico por lo que:


     Un saludo, Luis Vallejo López, administrador del blog.

sábado, 21 de noviembre de 2015

El Taller (Revisión)

Antes de plantearnos el pasar cerca del taller debemos conocerlo en profundidad por eficiencia y seguridad. Por ello vamos a ver cada una de las secciones que nos podemos encontrar en un taller de mecánica y carrocería zona por zona.

1- Áreas del taller:

Lo primero que nos encontramos al entrar un coche al taller es el área de recepción de vehículos que, pese a no disponer de ella en el instituto, es de suma importancia en un taller profesional siendo la imagen que le queda al cliente y que sirve de vínculo y enlace entre él y el mecánico.




Una vez el coche ha sido recibido y preevaluado por lo general pasa a la zona de mecánica en la que podemos apreciar subsecciones como la zona de elevadores y los bancos de trabajo donde se llevan a cabo las reparaciones y cambios directamente sobre el coche o ayudándose de las mesas de trabajo para mayor comodidad en el caso de piezas de menor tamaño y peso.




Cuando los defectos se presentan en forma de desviación del chasis se recurre a una herramienta que cuenta con su propio área aislado que se trata de la bancada, donde se endereza por medio de enganches y cadenas y ejerciendo presión durante días o semanas hasta recuperar la disposición original.



Para poder realizar estas reparaciones y cambios necesitamos piezas nuevas y un almacén por lo que se dispone de un área de recambios donde almacenar las piezas de repuesto de un modo ordenado y limpio alejado del trasiego.



Por otra parte tenemos el área de chapa donde se tratan los problemas de carrocería y a veces dispone de una sección de soldadura. Aquí de resuelven problemas como roturas, golpes o grietas para seguido ligar y enmasillar antes del pintado para lo que podemos disponer de un plenum.



El área de pintura destaca por su clara separación del resto ya que, para evitar contaminaciones, las operaciones se realizan en el interior de una cabina hermética y limpia con potentes luces que permitan detectar con facilidad todo tipo de defectos. En dicha cabina se aplican las capas de pintura y esmalte para darle el acabado y una buena apariencia al vehículo. Así mismo, dispone de un almacén propio donde se guardan de forma segura pinturas y disolventes.



Para poder entregar el vehículo al cliente, antes hay que dejarlo limpio por lo que se suele tener un área de lavado donde dejar el coche reluciente antes de salir de nuevo a la calle.



Por último, y aunque no suele estar en el interior del taller, no podemos olvidar la zona de gestión de residuos pudiendo encontrar en el interior de la instalaciones contenedores de transito intermedio entre los puesto de trabajo y el depósito final.




2- Necesidad de la distribución por áreas:

Para poder llevar a cabo los diferentes trabajos en el taller sin que unas operaciones interrumpan u obstaculicen otras, necesitamos de una clara disposición y separación de las secciones llevando en algunos casos a separar las secciones por edificios de modo que modo que cada trabajador dispone de su puesto de trabajo que conoce y mantiene de forma óptima para su trabajo con orden y limpieza de modo que las operaciones y empleados no interfieren unos con otros optimizando tiempos y ahorrando conflictos. Del mismo modo hay secciones que necesitan estar apartadas por motivos propios como son la cabina de pintura o el plenum por problemas de contaminación o la bancada para prevenir accidentes en caso de rotura.



3- Suministros energéticos del taller:

Sin embargo y pese a todos estos recursos, nada sería posible si el taller carece de suministro energético. Las fuentes de un taller varían conforme a sus necesidades pero las más básicas se pueden resumir en suministro eléctrico y neumático. Para ello se tira el tendido por los techos y paredes del taller y en los mejores casos se recurre a jirafas para ofrecer suministro a cada puesto de trabajo sin necesidad de emplear cableado a nivel de suelo que puede provocar accidentes.
El suministro eléctrico suele tratarse de una instalación eléctrica trifásica que ofrece una mayor potencia y una onda más estable al solventar las bajadas con dos ondas extra a la original desfasadas en el tiempo y además en todos los casos cuenta con una conexión a tierra a diferencia de la monofásica.
El suministro neumático proviene de un depósito alimentado por un compresor alimentando herramientas como pistolas atornilladoras, electroesmeriladoras portátiles o pistolas de pintura sirviendo también para inflar neumáticos o incluso con pistolas de aire para limpiar los puestos, teniendo en cuenta sus problemas para suministrar presión a grandes distancias.
El suministro de gases es necesario para los equipos de soldadura MIG, MAG, TIG y oxiacetilénica, así como diferentes tipos de electrodos para el proceso SMAW.



4- Equipos básicos del taller:

Aunque ya hemos visto algunos de los equipos básicos como los elevadores, plenums o cabinas de pintura, no podemos olvidar algunos elementos fundamentales destinados a facilitar nuestra lavor.

Para ello recurriremos en gran medida a las cajas de herramientas que facilitan la búsqueda de herramienta estando bien ordenadas y disponiendo de una gran variedad de útiles, herramientas que podemos clasificar en base a su función como:


Herramientas de medición: lo primero que debemos hacer a la hora de comenzar una labor es tomar medidas de nuestro proyecto recurriendo a flexómetros, reglas o a micrómetros si fuera necesario. En algunos casos tendremos que recurrir a un alexómetro o reloj comparador para apreciar deformaciones en las piezas.

Herramientas de trazado: una vez conocemos la magnitud del trabajo debemos tomar nota sobre nuestra pieza recurriendo a herramientas como rayadores, compases y en algunos casos rotuladores o tizas y útiles auxiliares varios como reglas, escuadras, reglas flexibles, etc.

Herramientas de montaje y desmontaje: para trabajar las piezas en nuestro sector suele ser necesario separarlas del conjunto así que debemos estar familiarizados con ellas. Para las labores de montaje y desmontaje contamos con gran variedad de aperos como los destornilladores, llaves y carracas con sus coronas.
Los destornilladores pueden tener diferentes cabezas distinguiendo principalmente entre la cabeza plana y la de estrella.

Las llaves son más variadas; las vemos planas, mixtas, mixtas acodadas, de vaso, etc. cada una con una forma previstas para cada tipo de cabeza de tornillo o tuerca.

Herramientas de sujeción: para evitar accidentes y precisar los trabajos es fundamental tener las piezas en una posición fija por lo que necesitamos de alicates, presillas, sargentos y tornillos de banco que nos hacen el trabajo más asequible a la par que cómodo al mantener las piezas en la posición correcta sin que ésta se vea afectada por las operaciones que realicemos sobre la pieza.

Herramientas de golpeo: cuando nuestra pieza de trabajo presenta deformaciones solemos necesitar de los distintos martillos, mazos y mazas para que recuperen su forma original, sin embargo, en ocasiones debemos recurrir además a útiles auxiliares como las sufrideras o tases.

Herramientas de corte: en este grupo de herramientas nos encontramos con una gran variedad distinguiendo tres grandes grupos, las herramientas de corte por arranque de viruta, las abrasivas y sin desprendimiento de material.
Los abrasivos recurren a consumibles con una superficie arenosa que roza el material desprendiendo pequeños trozos y el ejemplo más común de estas herramientas es la electroesmeriladora portatil o radial. Otros ejemplos son la tronzadora y el esmeril.
El arranque de viruta se basa en el uso de filos como en las sierras o brocas donde al paso de la arista cortante se desprende el material.
Sin arranque de material contamos con maquinaria como las tigeras y cizallas donde el corte se produce por diferencia de esfuerzos en un mismo punto.

Herramientas de unión: en el sector de la automoción vamos a trabajar tanto con metales como con plásticos, por ello debemos manejar tanto soldaduras como pegamentos y siliconas. En nuestro sector cabe destacar la soldadura por resistencias donde el material se situa entre dos electrodos que se calientan al pasar por ellos una corriente eléctrica fundiendo y soldando las piezas y la soldadura TIG de gran calidad y precisión para trabajos finos.




Por otra parte no podemos olvidarnos de las herramientas auxiliares como los clásicos gatos, aunque ya hemos hablado de los elevadores, en ocasiones hay que recurrir a los gatos empleándolos juntos con las borriquetas para prevenir accidentes.



En conclusión, debemos entender lo extenso y complejo que es nuestro entorno de trabajo así como la importancia de mantenerlo limpio y ordenado, por ello, no me toques mis herramientas.


Espero que os haya gustado esta breve entrada así como haber inducido algo de claridad a las personas que no conozcan demasiado estas instalaciones, sus herramientas, equipos y sistemas así como su funcionamiento y necesidades.
          Un saludo, Luis Vallejo López, administrador del blog.

jueves, 5 de noviembre de 2015