Antes de plantearnos el pasar cerca del taller debemos conocerlo en profundidad por eficiencia y seguridad. Por ello vamos a ver cada una de las secciones que nos podemos encontrar en un taller de mecánica y carrocería zona por zona.
Lo primero que nos encontramos al entrar un coche al taller es el área de recepción de vehículos que, pese a no disponer de ella en el instituto, es de suma importancia en un taller profesional siendo la imagen que le queda al cliente y que sirve de vínculo y enlace entre él y el mecánico.
Una vez el coche ha sido recibido y preevaluado por lo general pasa a la zona de mecánica en la que podemos apreciar subsecciones como la zona de elevadores y los bancos de trabajo donde se llevan a cabo las reparaciones y cambios directamente sobre el coche o ayudándose de las mesas de trabajo para mayor comodidad en el caso de piezas de menor tamaño y peso.
Cuando los defectos se presentan en forma de desviación del chasis se recurre a una herramienta que cuenta con su propio área aislado que se trata de la bancada, donde se endereza por medio de enganches y cadenas y ejerciendo presión durante días o semanas hasta recuperar la disposición original.
Para poder realizar estas reparaciones y cambios necesitamos piezas nuevas y un almacén por lo que se dispone de un área de recambios donde almacenar las piezas de repuesto de un modo ordenado y limpio alejado del trasiego.
Por otra parte tenemos el área de chapa donde se tratan los problemas de carrocería y a veces dispone de una sección de soldadura. Aquí de resuelven problemas como roturas, golpes o grietas para seguido ligar y enmasillar antes del pintado para lo que podemos disponer de un plenum.
El área de pintura destaca por su clara separación del resto ya que, para evitar contaminaciones, las operaciones se realizan en el interior de una cabina hermética y limpia con potentes luces que permitan detectar con facilidad todo tipo de defectos. En dicha cabina se aplican las capas de pintura y esmalte para darle el acabado y una buena apariencia al vehículo. Así mismo, dispone de un almacén propio donde se guardan de forma segura pinturas y disolventes.
Para poder entregar el vehículo al cliente, antes hay que dejarlo limpio por lo que se suele tener un área de lavado donde dejar el coche reluciente antes de salir de nuevo a la calle.
Por último, y aunque no suele estar en el interior del taller, no podemos olvidar la zona de gestión de residuos pudiendo encontrar en el interior de la instalaciones contenedores de transito intermedio entre los puesto de trabajo y el depósito final.
Para poder llevar a cabo los diferentes trabajos en el taller sin que unas operaciones interrumpan u obstaculicen otras, necesitamos de una clara disposición y separación de las secciones llevando en algunos casos a separar las secciones por edificios de modo que modo que cada trabajador dispone de su puesto de trabajo que conoce y mantiene de forma óptima para su trabajo con orden y limpieza de modo que las operaciones y empleados no interfieren unos con otros optimizando tiempos y ahorrando conflictos. Del mismo modo hay secciones que necesitan estar apartadas por motivos propios como son la cabina de pintura o el plenum por problemas de contaminación o la bancada para prevenir accidentes en caso de rotura.
Sin embargo y pese a todos estos recursos, nada sería posible si el taller carece de suministro energético. Las fuentes de un taller varían conforme a sus necesidades pero las más básicas se pueden resumir en suministro eléctrico y neumático. Para ello se tira el tendido por los techos y paredes del taller y en los mejores casos se recurre a jirafas para ofrecer suministro a cada puesto de trabajo sin necesidad de emplear cableado a nivel de suelo que puede provocar accidentes.
El suministro eléctrico suele tratarse de una instalación eléctrica trifásica que ofrece una mayor potencia y una onda más estable al solventar las bajadas con dos ondas extra a la original desfasadas en el tiempo y además en todos los casos cuenta con una conexión a tierra a diferencia de la monofásica.
El suministro neumático proviene de un depósito alimentado por un compresor alimentando herramientas como pistolas atornilladoras, electroesmeriladoras portátiles o pistolas de pintura sirviendo también para inflar neumáticos o incluso con pistolas de aire para limpiar los puestos, teniendo en cuenta sus problemas para suministrar presión a grandes distancias.
El suministro de gases es necesario para los equipos de soldadura MIG, MAG, TIG y oxiacetilénica, así como diferentes tipos de electrodos para el proceso SMAW.
Aunque ya hemos visto algunos de los equipos básicos como los elevadores, plenums o cabinas de pintura, no podemos olvidar algunos elementos fundamentales como:
Las cajas de herramientas que facilitan en gran medida la búsqueda de herramienta estando bien ordenadas y disponiendo de una gran variedad de útiles.
Los clásicos gatos a los que hay que recurrir en ciertas ocasiones empleándolos juntos con las borriquetas para prevenir accidentes.
Las máquinas de soldadura son un elemento muy importante sobretodo en la sección de chapa en el caso de la soldadura por resistencias.
Y no podemos olvidarnos de las herramientas de corte y acabado como taladros de columna o de mano, sierras de cinta o disco, electroesmeriladoras de columna o portátiles, lijas y limas que pese a resultar menos llamativas no son menos importantes.
Espero que os haya gustado esta breve entrada así como haber inducido algo de claridad a las personas que no conozcan demasiado estas instalaciones, sus herramientas, equipos y sistemas así como su funcionamiento y necesidades.
Un saludo, Luis Vallejo López, administrador del blog.
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